El pasado 11 de julio abríamos la jaula-hacking que el proyecto LIFE Bonelli tiene en Mallorca y poco tiempo después salían volando de ella "Fluvià" y "Figueres". Así se llaman los dos pollos de águila de Bonelli que nos han llegado cedidos por Cataluña, tras haber sido rehabilitados en el Centro de Recuperación de Torreferrussa (Barcelona).
"Fluvià" no perdió el tiempo y al poco tiempo ya estaba comiendo sobre una plataforma de alimentación que hemos instalado cerca de la jaula-hacking, atraido por otra águila de Bonelli que comía en el mismo punto, en el suelo. "Figueres" tardó más en decidirse a salir, pero finalmente lo hizo y se dio un par de buenos vuelos cruzando el valle donde está la jaula-hacking. ¿Pero como han llegado ambas aves hasta aquí?
Hace un par de semanas recibimos una llamada de la Generalitat de Catalunya ofreciéndonos dos pollos de águila de Bonelli rehabilitados cuya corta edad impedía su liberación directa. Decidimos que lo mejor para ellos era liberarlos mediante la jaula-hacking de Mallorca. Personal del COFIB, entidad socia de LIFE Bonelli, se desplazó en barco hasta Barcelona para recoger ambos ejemplares el 17 de junio.
"Figueres", el mayor de los pollos, de unos 80 días, había sufrido una mala rotura en su pata derecha al caerse del nido. La fractura se soldó bien, aunque la pata ha quedado ligeramente rotada. Además, tiene una luxación en el dedo posterior (o llave) que a su vez ha motivado la existencia crónica de un clavo por mala posada. La funcionalidad de la garra es crucial a la hora de cazar y de sujetar la comida, por lo que había que hacer un buen seguimiento de su evolución dentro de la jaula-hacking para determinar si finalmente puede comer bien, cazar bien, posarse sin problemas, etc.
"Fluvià", el pequeño, de 65 días, había estado a punto de morir en su nido víctima de una grave afección por tricomonas (un parásito que forma masas amarillentas en la cavidad bucal, que impiden que se alimente). Por suerte se recuperó bien en el citado centro de Torreferrussa, aunque tenía el plumaje un poco retrasado y sin apenas plumas ni plumón en la cabeza.
El encuentro entre "Fluvià" y "Figueres" en la jaula-hacking no fue muy favorable, ya que estuvieron asustados el uno del otro durante 20 minutos que se nos hicieron eternos. Por suerte, con el paso de los días la relación entre ambos mejoró sustancialmente. Tras comprobar que "Fluvià" y "Figueres" estában listos para unirse a las otras águilas de Bonelli ya liberadas un mes antes desde este mismo hacking [http://goo.gl/w2mJFw], decidimos soltarlas.
Su seguimiento será un poco más complicado que el resto, ya que por su llegada inesperada, no contamos con emisores vía satélite o telefonía móvil, y llevan solamente un emisor terrestre. Confiamos en que la presencia de otros ejemplares juveniles de la misma especie en el entorno, con las que ya han tenido contacto visual desde la jaula-hacking, les ayudará a adaptarse poco a poco al nuevo entorno de acogida.
LIFE Bonelli quiere agradecer muy especialmente a la Generalitat de Catalunya y al Centro de Recuperación de Torreferrussa la cesión de estos dos pollos. También a Joan Mayné por llevarlos hasta el puerto de Barcelona, a Antonio Gallego (el conductor del autocar de Balearia) y al resto de personal del barco de Balearia que ayudó al técnico del COFIB a embarcar y desembarcar dos transportines y a Toni Muñoz y Cati Artigues, del GOB Mallorca, por ayudarnos en el marcaje de ambos pollos.
El COFIB quiere expresar tu agradecimiento a todos los voluntarios que este año se están dejando la piel en el LIFE Bonelli en Mallorca: Pau Jaume, Xavier Gassó, Pep Noguerol, María José Fernández, Ugo Mameli, David Berral, Ben Jones, Andrea Burriel y Xavier Carmona. Son el alma de este proyecto.