Qué enriquecedor resulta siempre compartir información entre proyectos similares, e incluso relacionados, de recuperació...
"Sielva" y "Arrangoiti" son dos águilas de Bonelli liberadas en Lumbier en 2015 y 2016 respectivamen...
Con 170 inscritos y un lleno total se ha celebrado el primer congreso de ornitología de las regiones de habla catalana...
La recientemente inaugurada Sección de Ornitología del Museo Balear de Historia Natural, con sede en Sóller (Mallorca), ...
Los trabajos realizados durante el periodo 2015 (marzo-octubre), para el “CONTROL DE LA POBLACIÓN Y SEGUIMIENTO DE LA REPRODUCCIÓN DEL ÁGUILA DE BONELLI EN NAVARRA” pretenden dar cumplimiento a los siguientes objetivos:
Dichos trabajos se corresponden con la acción C5 prevista en el marco del proyecto LIFE BONELLI en Navarra (LIFE12/NAT/ES/701), que se desarrolla en el ámbito de las ZEPA Sierra de Leyre, Foz de Arbayún (ES0000125), Peña de Etxauri (ES0000150) y Caparreta (ES0000151) y el LIC Tramo medio del río Aragón (ES2200030).
También se da cumplimiento al Plan de Recuperación del Águila de Bonelli en Navarra (Decreto Foral 15/1996) y además se elabora una ESTRATEGIA DE ATRACCIÓN Y FIJACIÓN DE INDIVIDUOS no territoriales, mediante la que se pretende implementar medidas orientadas a facilitar la fijación de individuos en zonas aptas para la formación de parejas territoriales.
Los trabajos a realizar quedan enmarcados en unos objetivos ambiciosos que deben de ser interpretados en sentido finalístico. Significa esto, que no debieran ser entendidos como una mera ejecución de los trabajos de seguimiento, sino como la creación de las condiciones óptimas para que, pese a la dificultad del objetivo, la recuperación de parejas territoriales en Navarra goce de las mayores probabilidades de convertirse en una realidad.
A la vista de las tendencias demográficas generales que viene registrando la población ibérica septentrional del águila de Bonelli, y de la evolución reciente de la especie en Navarra, próxima a poder considerarse extinta, pese a los esfuerzos invertidos en su conservación durante las últimas décadas, dicho objetivo emana como un reto de primer orden que requerirá de prospectar nuevos enfoques, tanto a nivel conceptual, como metodológico. Dado que el proyecto LIFE BONELLI no dista de poder ser considerado, prácticamente, un intento de reintroducción de la especie (no existen ya, a día de hoy, ejemplares que cierren su ciclo biológico en Navarra), deberá de proyectarse un esfuerzo considerable en analizar las causas de las tendencias observadas, así como llevar a cabo estudios prospectivos orientados a determinar e identificar los elementos que pueden favorecer el retorno del águila de Bonelli a la Navarra mediterránea.
En Navarra se conoce la presencia histórica del Águila-azor perdicera, águila perdicera o de Bonelli (Aquila fasciata) como territorial en las sierras submediterráneas de la zona media y prepirineo navarro, incluyendo habitualmente Tierra Estella y cuencas del Lumbier, Aoiz, y Pamplona, así como algunas zonas de la ribera del Ebro (Purroy, 1974). A pesar de ello, solo ha sido citada o constatada su reproducción en ocho territorios (Monreal, Lumbier, Guesálaz, Arbayún, Valdeallín, Pamplona, Tafalla y Estella) (Fernández & Azcona 2006). Entre estos, el territorio denominado hasta ahora de Estella (o Mendavia) corresponde realmente a la pareja Riojana del Ebro y cabe señalar el territorio denominado Tudela o Fitero, detectado por primera vez el año 2004, y donde se han realizado intentos no exitosos de cría entre los años 2006 y 2011.
La evidente tendencia demográfica regresiva del águila de Bonelli en Navarra motivó su catalogación, a mediados de los años noventa, como especie "en peligro de extinción" (CEAN Decreto Foral 563/1995). Dicha declaración se promulgaba pues en un contexto en que la especie precisaba de la adopción de medidas extraordinarias, de carácter urgente, que garantizasen la conservación de una población reproductora viable, nutrida por un flujo significativo de jóvenes dispersivos y de inmaduros pre-reproductores, la mejora del hábitat en sus territorios y la sensibilización de la opinión pública respecto la situación extrema por la cual atravesaba la especie en la Comunidad.
En el año 1996 se aprueba el Plan de Recuperación del Águila perdicera en Navarra (Decreto Foral 15/1996) que prevé la elaboración de un Programa anual de actuaciones. El Plan establece la necesidad de realizar un seguimiento y control de los efectivos poblaciones de la especie en Navarra con el fin de disponer de información actualizada sobre los parámetros reproductivos y la evolución de los diferentes indicadores que pudieran informar sobre las tendencias de la población regional y las causas subyacentes. Esta monitorización constata el continuo decrecimiento del número de parejas y efectivos no territoriales (Fernández y Azkona 2010) y, posteriormente en definitiva, la extinción como especie reproductora en la actualidad.
Entre los años 1997 y 2000 se inicia, con el soporte de la Unión Europea, el primer Proyecto LIFE-Naturaleza (LIFE96NAT/E/3114) para la conservación del águila perdicera en Navarra. Éste aportaría recursos financieros y permitiría, en aquel momento, acometer acciones de corrección de tendidos eléctricos con el objetivo de reducir las tasas de mortandad registradas por causa de electrocución y/o colisión en diversos territorios, la revisión y adecuación de planes cinegéticos, la mejora de los hábitats mediante el desbroce de matorral, la regulación de la escalada deportiva, el análisis de niveles de contaminantes en huevos, el estudio del uso del espacio de adultos y jóvenes, y el impulso de campañas de sensibilización.
A pesar de todos los esfuerzos realizados en la protección jurídica de la especie y en resolver las principales causas de mortalidad, el águila de Bonelli se encuentra en la actualidad extinguida como reproductora en Navarra, sin que realmente se conozcan con certeza las causas que condujeron a la desaparición de la mayoría de parejas. Sí se conoce sin embargo la causa de muerte de algunos ejemplares territoriales, habiéndose constatado casos de electrocución, además de la persecución directa (Fernández & Azcona 2006).
También cabe señalar la visualización de ejemplares no territoriales o también llamados flotantes en un número creciente durante los últimos años en zonas del Valle del Ebro y en algunos territorios históricos, aunque generalmente sin llegar a sedimentarse. Este efecto podría deberse a un incremento del número de ejemplares de la fracción no reproductora de la especie producidos por la metapoblación ibérica, y también a un mayor esfuerzo de prospección, en el que podría haber incidido el entrenamiento de la guardería, el conocimiento de los enclaves más propicios, etc.
A pesar de esto, la situación extrema de esta fracción de población de la especie en su límite septentrional de distribución peninsular, determinó a los gestores a impulsar medidas extraordinarias de conservación que se dirigen en dos direcciones hacer más atractivos para la especie los territorios abandonados y compensar la baja o nula tasa de productividad en Navarra.
En este contexto se impulsa en diversas regiones el proyecto LIFE BONELLI que enfoca la recuperación de la especie en las zonas objetivo, desde una perspectiva global, abarcando acciones de mejora de hábitat, eliminación de factores de riesgo y amenaza, reintroducción y refuerzo poblacional y estudio de las relaciones entre las diferentes subpoblaciones. Todo esto con el apoyo de acciones comunes de gestión, concienciación y difusión de los resultados del proyecto.
Para determinar el área de distribución o la presencia del águila de Bonelli en Navarra, se ha realizado una aproximación espacial en cuadrículas UTM de 5x5 Km, utilizando la totalidad de los datos de que se dispone (avistamientos y localizaciones GPS).
Se han generado cartografías que aportan los resultados del año 2015 (figura 2), y del periodo 2007-2015. Ambos resultados indican que la especie utiliza la mayor parte de Navarra, solo evitando gran parte de las cuencas atlánticas, algunos de los valles pirenaicos como el de Roncal, además de la sierra de Urbasa. De forma contraria, las zonas de mayor utilización se relacionan con los principales cursos fluviales, especialmente el valle del Ebro y los ríos Aragón y Arga.
Esta aproximación permite comprender la utilización del territorio que realizan los ejemplares no territoriales de la especie en su ciclo anual, incluidos los mecanismos o patrones de movimiento entre las distintas áreas utilizadas. A lo largo del ciclo anual pero principalmente en el periodo agosto-enero los ejemplares no territoriales (mayormente de edades no reproductoras) alternan la sedimentación en zonas poco abruptas y con gran densidad de presas (las denominadas zonas de dispersión juvenil) con las visitas a posibles zonas de reproducción, buscando vacantes en territorios existentes o zonas aptas donde asentarse y formar un nuevo territorio.
Estos resultados indican la presencia reciente (2015) y continuada de águilas de Bonelli en gran parte del territorio Navarro, especialmente en la zona mediterránea y submediterránea que incluye los territorios abandonados por la especie. Esto demuestra la posibilidad de recolonización de estos u otros enclaves por parejas para formar territorios, en el caso que mantengan o posean las características ecológicas necesarias para el águila de Bonelli.
4.2 Seguimiento de la población reproductora de águila de Bonelli en Navarra.
A lo largo de los meses de marzo y hasta julio se han realizado diversas visitas a todos los territorios considerados históricos para la especie en Navarra (7 en total). Además también se han prospectado otros enclaves dentro del área de distribución potencial.
Durante el año 2015 no se ha podido confirmar la existencia de ninguna pareja, ni por tanto el inicio de ningún evento reproductor de águila de Bonelli en la comunidad. A pesar de esto se aporta un resumen de los hechos más destacados de cada uno de los últimos territorios reproductores:
El hacking del año 2015 se ha desarrollado en Lumbier, desde donde se ha realizado la crianza campestre de 5 ejemplares, aunque a los pocos días, uno de ellos (Babil) se retiró del programa debido a la detección de problemas de visión y posteriormente murió en el hospital de fauna de GREFA.
El resto de los 4 ejemplares (Sielva, Craonne, Artois y Ardene) han realizado su periodo de dependencia en la zona, en la que deben haber sido muy visibles, sin que se detectaran interacciones negativas o competitivas con especies competidoras como el águila real. Por el contrario se observó a los ejemplares, atacar y defender la zona de alimentación y las peñas próximas ante otras especies como buitres o milanos.
Esta experiencia parece indicar la factibilidad de la zona para restablecer el sector de cría de una pareja de águila de Bonelli, al menos respecto a los posibles problemas de competencia con el águila real, en la época veraniega. Sin embargo, cabe señalar la necesidad de analizar la idoneidad del resto del territorio que debería acoger el área de campeo de la posible futura pareja. En la zona no se han observado otras águilas de Bonelli a lo largo de 2015.
En el antiguo territorio de Fitero se ha observado (05.05.2015) una águila de Bonelli adulta al este del sector de cría de las Roscas remontándose y posteriormente en vuelo directo hacia el sur. En ninguna de las visitas posteriores se ha vuelto a visualizar este ejemplar. Al sur de los Blancares se ha observado una águila real adulta, y un joven de la misma especie.
Tras la muerte de Helena en diciembre de 2014, en Aurino bajo en las cercanías de este antiguo territorio de Gallipienzo, Filabres permaneció vinculada a la zona hasta el 2 de marzo cuando abandona el territorio al que estaba vinculada, en la zona norte de la sierra de San Pedro.
El resto del año solo se ha observado un ejemplar inmaduro de Bonelli (el 18 de septiembre) en el barranco de Egunbelea, sobrevolando el camino de sierras en dirección al collado de entre reservas. Gallipienzo se encuentra en una zona de paso estratégica entre Lumbier (zona de hacking del año 2015) y las que podrían ser las zonas de dispersión de la especie en el valle del Ebro, a través del río Aragón, por lo que algunos de los ejemplares han circulado de paso por esta zona, en sus movimientos dispersivos, Ardenne (17 de agosto) y Artois (2 y 13 de agosto y 24 de septiembre).
La instalación del palomar en la Reserva de Caparreta y las mejoras del hábitat realizadas con aperturas de matorral deberían mejorar la apetencia de esta zona para la sedimentación de algún ejemplar.
Este antiguo territorio sigue siendo el de mayor número de avistamientos en todo el territorio Navarro, 3 ejemplares subadultos durante el mes de marzo (sin poder asegurar que se trate de ejemplares distintos), y en las proximidades, en Egillor un adulto el 24 de octubre.
Estas observaciones continuadas, se añaden a las de los años precedentes, e indicarían que se trata de una zona querenciosa para la especie, aunque la intensa y continuada presión antrópica debido a la escalada, a lo largo de toda la zona, probablemente impide la sedentarización de ejemplar alguno.
Se han visitado hasta 15 zonas, que o bien habían sido citadas como territorios pretéritos, o que cumplen aparentemente las características necesarias. En estas zonas no se ha avistado en ninguna ocasión ejemplares de águila de Bonelli, aunque sí se han detectado algunos aspectos que podrían condicionar la presencia de la especie. En diversos sectores se han localizado zonas de escalada que pueden impedir la instalación de parejas reproductoras de esta u otras rapaces, por lo que la regulación de la escalada, en todo el territorio, emerge como una de las actividades a gestionar de forma urgente.
Respecto los ejemplares liberados, hasta Arbayún se han desplazado Ardenne (18 y 19 de agosto) y Artois (1,4,5,9,15 y 16 de agosto), ambos siempre de paso en vuelos prospectivos hacia otras zonas. Los mismo ejemplares han visitado otros territorios históricos, Ardenne cerca de Guesálaz (20 de agosto) y Artois en Monreal (22 de agosto).
Destaca en primer lugar el declive continuado de todos los parámetros reproductores de la población analizada (formada por un máximo de 3 parejas los años 2004 y 2005, sin considerar la pareja del Ebro debido a su adscripción a territorio Riojano). A partir de 2011 con el inicio de la reintroducción de ejemplares se recupera la aportación de individuos desde Navarra, y en 2015 se aportan a la metapoblación el mayor número de ejemplares en un año, desde que se tienen datos de seguimiento de la especie (figura 3).
4.3 Recopilación de observaciones de ejemplares no territoriales
A lo largo del año 2015 (hasta el 30 de octubre) se han obtenido datos de 24 ejemplares no territoriales en toda la geografía Navarra (3 adultos, 7 subadultos, 4 inmaduro, 8 jóvenes y 2 ejemplares de edad indeterminada), sin contabilizar las observaciones de los ejemplares con los que se realiza el hacking en Lumbier, ni observaciones esporádicas de los adultos de la pareja de la Rioja en el Ebro, en las proximidades de Mendavia. Como mínimo el 46 % de las observaciones (n=10) se refieren a ejemplares de edades reproductoras.
Los individuos no territoriales se han observado principalmente (70 %) en zonas de la Ribera Navarra del valle del Ebro, con las tipologías propias de las áreas de dispersión juvenil de la especie, destacando los 9 avistamientos recopilados entre Ablitas y Cortes en el límite con las provincias de Zaragoza, donde también se han realizado avistamientos de águilas de Bonelli. Esta zona es el área donde se ha sedimentado a finales de 2015 Craonne (ejemplar del hacking de 2015), y se encuentra cerca de los sotos del Ebro, en Gallur, donde también se ha sedimentado Sielva, otra de las águilas liberadas en el hacking de este año.
El resto de ejemplares se han observado en otras zonas llanas del valle del Ebro o en antiguos territorios, principalmente en las cercanías de Etxauri.
Con el objetivo de detectar las principales zonas de asentamiento de ejemplares no territoriales en Navarra, ya sea en zonas de dispersión juvenil prereproductoras o potenciales sectores de reproducción, se ha realizado un análisis mediante SIG con la información disponible.
Los resultados obtenidos aportan en la época no reproductora (agosto-enero) un conjunto de áreas para las que se ha realizado una delimitación espacial, y una caracterización preliminar respecto a diversas variables descriptoras, y la recopilación de impactos.
El limítrofe valle del Alhama, en el extremo sudoriental de La Rioja, ha sido considerado un área de dispersión juvenil de la especie (Del Moral, J. C. 2006). En Navarra hasta ahora se conocía la presencia de ejemplares juveniles de diversas especies de águilas en el valle del Ebro, y se cita en un trabajo reciente la presencia de una zona de dispersión juvenil entre la Rioja y Navarra, que incluiría Corella y Fitero en el valle del Alhama, y las zonas de Lizagurría, Mendavia, Lodosa y Andosilla en la zona entre Viana-Logroño y San Adrián-Calahorra (Cadahía et al. 2010).
Para la detección de las zonas de sedimentación preferente de los ejemplares no territoriales en Navarra durante la época no reproductora se ha realizado un análisis GIS preliminar con la información proveniente de un total de 46 avistamientos entre los años 2007-2015, y datos GPS de 10 ejemplares, 7 de ellos con emisión de datos a través del satélite Argos y 3 mediante sistema GSM (tabla 1).
El solapamiento de las áreas de uso preferente ha aportado 7 zonas utilizadas de forma inequívoca por un mínimo de 4 ejemplares distintos. Todas se encuentran en la depresión del Ebro, y en las proximidades de este río excepto una que se encuentra en el medio Aragón, al sur de Mélida.
Las 7 áreas obtenidas en el análisis SIG se han denominado atendiendo a los municipios principales de las que forman parte:
En general la mayor parte presenta aspectos comunes respecto al paisaje (zonas de poca pendiente con cultivos herbáceos de secano y generalmente algunas laderas con pinares) y la tranquilidad (son áreas con poca frecuentación antrópica y sin presencia de zonas urbanizadas ni vías de transporte principales), además de presentar elevadas densidades de conejo.
En todos los casos las densidades de conejo son muy elevadas, excepto en Mélida, donde los ejemplares podían utilizar la zona meridional por su orografía y tranquilidad y alternativamente los sotos del Aragón para cazar. Respecto a la protección de las áreas, todos los casos excepto en Cascante-Monteagudo presentan parte de su superficie parcialmente integrada bajo figuras de protección diversas como parque natural (Mélida), LIC o ZEPA (el resto) (figura 4).
En la mayor parte de zonas se han detectado ejemplares juveniles de otras especies de águilas, principalmente de águila real, muy abundante, o incluso en algunas de águilas imperiales (15 observaciones, en algunos casos de diversos ejemplares). En algunas de estas zonas también se han observado ejemplares adultos de águila real o incluso parejas, ya que incluso incluyen sectores de cría conocidos de esta especie.