El Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Islas Baleares (Cofib) y la Fundación Natura Parc, con la coordinación de la Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, se encuentran trabajando en un proyecto dirigido a evitar la electrocución de las águilas perdiceras.
En el marco de esta iniciativa ha sido elaborado un mapa del riesgo de electrocución de estas aves en Mallorca, y se ha encomendado a la empresa Elecnor una primera fase de correcciones.
Tal y como ha señalado la Conselleria en un comunicado, la electrocución es la primera causa de muerte no natural para muchas aves de rapiña, entre ellas el águila perdicera, que el Govern reintroduce en Mallorca con el apoyo del proyecto europeo Life Bonelli.
Dentro de este proyecto, en 2014 el Cofib elaboró un mapa de riesgo de electrocución del águila perdicera muy preciso gracias al hecho de que los ejemplares liberados se someten a un seguimiento vía satélite o telefonía móvil que permite saber dónde se colocan.
Así, se han podido averiguar qué tendidos eléctricos de la isla representan un riesgo más alto, y se ha encomendado a la empresa Elecnor una primera fase de correcciones, que se llevará a cabo hasta junio de 2016. Las actuaciones se ejecutarán concretamente en las líneas Granada, Blava, Vallgornera, Comú, Enderrocat y Campos, en la comarca del Migjorn.
Con estas actuaciones el proyecto Life Bonelli no sólo beneficia el águila perdicera, sino también a otras especiess protegidas, como el milano o el águila calzada.
Además, el Govern, gracias al convenio Avilínea que tiene con Endesa desde el año 2000, también contribuye de manera "muy importante" a minimizar el riesgo de electrocuciones del águila perdicera, tal y como subraya en la nota.
Ha intervenido en zonas prioritarias, como los alrededores del nido establecido en la Serra de Tramuntana, las zonas de liberación o las zonas de dispersión juvenil, donde se han producido muertes por electrocución.
El Ejecutivo autonómico empezó en 2011 el Plan de Reintroducción del Águila perdicera en Mallorca. Hasta ahora se han liberado treinta ejemplares, de los que se han electrocutado seis y sobreviven diecinueve, y han nacido dos de la primera pareja reproductora que se estableció en 2014.
Estas aves, que se mueven prácticamente por toda la isla, son supervisadas continuamente con sistemas de seguimiento por satélite o telefonía móvil.
Colaboran en el Plan de Reintroducción las comunidades autónomas de Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha; el centro GREFA, en Madrid, y dos centros de cría de Francia, que ceden los ejemplares para liberar. Hay que destacar también la colaboración de Red Eléctrica de España, Endesa y Vinyes Mortitx.