El primer año de vida de cualquier animal salvaje es muy arriesgado. Su poca experiencia vital los hace muy vulnerables a numerosos peligros mortales. En el caso del águila de Bonelli, la tasa de supervivencia del primer año se encuentra en torno al 46-50%. Sin embargo, los cinco pollos de esta especie que vuelan en Mallorca desde 2014 han sobrevivido este año crítico. Es una estupenda noticia que queremos compartir desde el proyecto LIFE Bonelli.

Sepamos algo más de estos cinco valientes: Dante y Darwin nacieron en el centro de cría en cautividad que GREFA tiene en Majadahonda (Madrid). Dalía y Dana fueron traslocadas desde nidos silvestres andaluces. Y por supuesto tenemos a Deià, el primer ejemplar nacido en su hábitat natural en Mallorca, décadas después de que el águila de Bonelli se extinguiese por completo de la isla. La formación de una pareja reproductora compuesta por aves liberadas, que han logrado reproducirse con éxito, hizo posible el nacimiento en 2014 de Deià, marcando todo un hito en el desarrollo de LIFE Bonelli.

Sin embargo, los peligros siguen acechando: sabemos que Dante y Darwin usan con frecuencia postes eléctricos, la mayoría ya aislados pero algunos aún en vías de ser adaptados para evitar el riesgo de electrocución.

Durante estas últimas semanas Deià, Darwin y Dana se han vuelto mucho más activos. Hasta ahora estaban muy fijados en las áreas de dispersión juvenil que cada uno había elegido, pero se han empezado a desplazar por toda la isla, regresando cada dos o tres días de nuevo a su zona favorita. Deià ha visitado su área natal, donde sus padres están inmersos ahora mismo en la cría de su segundo pollo. Dana y Darwin han compartido algún rato juntos, de ruta por la Serra de Tramuntana, lo que puede ser lógico tras haber pasado este primer año conviviendo en la misma área de dispersión juvenil. Dalía por su parte ya mostraba este comportamiento más activo desde que fue liberada. Y Dante ha sido más conservador, con movimientos muy restringidos, y desde enero se ha quedado más fijado aún tras el inicio de su "amistad’ con Daimiel, de la que ya os hemos dado noticias anteriormente.

Nuestras amigos ahora ya no son juveniles, son inmaduros, águilas de segundo año. Cada día que pasa su comportamiento y sus movimientos nos aportan información de lo más valiosa, además de no pocas sorpresas y curiosidades sobre la vida de una especie tan fascinante como el águila de Bonelli.

Tweet

Share