Dos águilas de Bonelli o perdiceras marcadas con emisores en distintos nidos de la zona centro peninsular (Dueña y Orusco) y una tercera liberada en la Sierra Oeste de Madrid (Argonne), en el contexto de las reintroducciones de la especie que está realizando el proyecto LIFE Bonelli, han coincidido en sus áreas de dispersión.

Gracias a la información vertida en grupos y foros de aves es fácil encontrar el origen de animales observados en el campo y que portan anillas, marcas alares o, como en este caso, emisores. Así, recientemente, en el grupo "Aves Ibéricas" de Facebook, un colaborador nuestro, Rafa Almenilla, preguntaba por el origen de dos águilas de Bonelli avistadas en el Parque Regional del Sureste (Madrid).

En un primer momento pensamos que estas aves podrían ser Argonne y Dueña. La primera ha nacido en cautividad en el centro de cría francés de la LPO dirigido por Christian Pacteau y fue liberada en la Sierra Oeste de Madrid. La segunda fue marcada en su nido silvestre en la provincia de Toledo, pero a muy poca distancia de la Comunidad de Madrid.

En numerosas ocasiones ambas se han encontrado, incluso han dormido juntas, sin tener más vinculo que portar un emisor colocado dentro de las acciones de LIFE Bonelli. Sus primeros vuelos distaron más de setenta kilómetros, para encontrarse meses después. Una de las dos águilas avistadas por Rafa sí era Argonne, pero la otra no era Dueña, ya que estaba a muchos kilómetros de distancia en ese momento.

Pero no es el único encuentro que ha tenido Argonne en estas fechas. Orusco, marcado en el nido donde nació en el este de la Comunidad de Madrid, también se ha encontrado con ella y precisamente en el Parque Regional del Sureste. Todo hacía pensar que fueron los dos ejemplares que avistó Rafa. Pero tampoco: en esas fechas Orusco se encontraba lejos de la zona en cuestión. El águila avistada por nuestro colaborador junto a Argonne en el citado parque regional es otra, sin marcas, y que se une al cada vez mayor número de ejemplares dispersantes de águila de Bonelli que se están observando en territorio madrileño.

Y no son los únicos casos: Olmedo, hermano de Orusco y marcado también en el este madrileño, y Polopos, procedente de un rescate en nido en la provincia de Granada y liberado en la Comunidad de Madrid, están durmiendo en los mismos árboles en una zona del valle del Tajo, en la provincia de Toledo. Conclusión: el evidente reclamo para otras águilas de Bonelli que suponen los ejemplares liberados en cada uno de estos proyectos facilita la ocupación futura de áreas propicias de nidificación.

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