Las parejas de águila de Bonelli o perdicera que crían cerca de nuestras áreas de actuación en el proyecto LIFE Bonelli son prioritarias. En la Comunidad de Madrid es el caso de la que denominamos "pareja del norte de Toledo", que afortunadamente ha sacado a delante dos pollos en 2016.
El pasado 20 de mayo, con un equipo formado por el cuerpo de trabajos en altura de los Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid, Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha, miembros de la Delegación de Medio Ambiente de Toledo y del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) y profesionales de GREFA nos dispusimos a valorar el estado sanitario de estos dos jóvenes ejemplares de tan singular especie para su marcaje. Acto seguido equipamos a ambos juveniles con anillas de lectura a distancia y a uno de ellos se le colocó un emisor para conocer sus movimientos una vez comiencen sus primeros vuelos.
Un tercer aguilucho de este mismo nido estaba aún muy poco crecido, por lo que decidimos no marcarlo con emisor y evitar cualquier problema en su crecimiento. Desde hace años, los movimientos de los ejemplares nacidos de la singular pareja que regente este territorio (el macho tiene una pata paralizada desde que lo conocemos) nos está permitiendo conocer las tendencias futuras de la especie en la zona centro peninsular.
El marcaje de ejemplares jóvenes de águila de Bonelli nos proporciona información sobre cantidad de parámetros interesantes sobre la biología de la especie. Sobre todo nos interesa conocer sus zonas de dispersión juvenil, la recolonización de nuevas zonas y los puntos negros para la especie. Esperemos que el futuro de estos dos ejemplares sea muy largo y en unos cuantos años los tengamos como reproductores en la escasa población del centro peninsular.