Damiel, el último águila de bonelli liberado en Mallorca, se encuentra bien pero de momento necesita este apoyo trófico mientras va recuperando la confianza en sí misma. Tenemos otras experiencias liberando aves que también han pasado largo tiempo en rehabilitación, y cuando ya se sienten seguras de nuevo van dejando de acudir al punto de alimentación. Confiamos totalmente en Daimiel y se reinsertará a la vida silvestre totalmente gracias a Tomeu Morro, el cuidador de águilas de Mallorca.
Después de Senegal, volvió a zona que conocía al Sur de Mauritania, una zona húmeda y rica en cantiles y cortados. Tras unos días muy “quieta” nos entró la preocupación, no sabíamos si estaba bien, días después parece que se ha vuelto a mover, esperemos que este bien y que tenga un largo futuro. Os ponemos algunas fotos de Panoramio de la zona donde se encuentra.
El proyecto Life Bonelli pretende recuperar la distribución histórica del Águila Perdicera en la Cuenca Mediterránea. Dentro de este programa se liberan águilas perdiceras, entre otras acciones, como manejo de hábitat, rectificación de tendidos, etc. Las liberaciones se realizan fundamentalmente con individuos jóvenes, nacidos en cautividad o rescatados de nidos con problemas. Estas águilas pasan un periodo de tiempo variable en la zona de liberación, y meses después inician su dispersión juvenil.
Como parte de la colaboración dentro del marco del LIFE Bonelli, La Junta de Andalucía cedió, hace escasas semanas, un nuevo ejemplar de Águila de Bonelli para su liberación en Mallorca. Por este motivo, nuestro equipo de rescate de fauna salvaje se desplazó el pasado día 16 de Septiembre al centro de recuperación "El Blanqueo" de Granada, para trasladar dicho ejemplar a GREFA donde, tras finalizar con el proceso de recuperación, se le colocará un transmisor que permitirá al equipo del LIFE Bonelli seguir sus movimientos.
Inmersa en el desierto del Sahara, tras atravesar España, Marruecos, Argelia y Malí, ahora se encuentra en Mauritania. Algo nuevo, algo que no se conocía para esta especie. Esperemos que esta dura prueba, al menos para los bípedos no voladores, sea pasada satisfactoriamente. Desde aquí mandamos todas nuestras esperanzas para Zahara, sobre la que ya aventuramos que terminaría en el desierto.